dijous, 23 de desembre del 2010

Artículo sobre "Ir a vivir juntos", cómo encajarse en la convivencia

Uno de los temas de conversación más habituales en los últimos 2 o 3 años entre mi círculo de amigas se centra en los problemas de convivencia en pareja. Seguramente porque todas rozamos la trentena, edad en la que en mi ambiente se está iniciando la vida adulta y de pareja estable, y porque la mayoría somos mujeres independientes, profesionales, que hemos llevado hasta ahora el control de nuestra vida. Y de pronto nos encontramos con un conflicto inesperado entre las manos: cómo negociar mi espacio con el otro después de vivir solas, cómo gestionar los horarios acostumbradas a hacer lo que nos venía en gana, cómo me he convertido en una obsesa de la limpieza el orden, por qué tengo que dar cuentas de lo que gasto, cómo me exaspera que alguien haga las cosas diferentes a como las hago yo, cómo me estoy convirtiendo en mi madre o me paso todo el día riñendo a alguien. Todo un repertorio de situaciones similares y lugares comunes sobre los roles masculinos y femeninos que siempre intentamos tomarnos con buen humor...aunque también he visto desequilibrar el peso de una balanza a la hora de romper una pareja. Pensé que si todas las féminas que conozco habían pasado o estaban pasando por este proceso y lo vivían de forma muy similar, valía la pena recoger sus impresiones y aprendizajes en un artículo que ilustrara ese momento de incertidumbre y descubrimiento, propio y del otro. Un mosaico de experiencias en el que casi todas participaron con entusiasmo y que no pude recoger por la falta de espacio. Porque mis amigas me parecen todas ejemplares estupendos de la mujer de mi tiempo y por mis años de escuchadora oficial de problemas de pareja. Y por supuesto, me documente con algunos manuales y libros que aportaran el contrapunto profesional y un poco de luz para las que se iban a enfrentar en breve.

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