diumenge, 2 de gener del 2022

Libros que me han acompañado en el 2021

 

Empecé el año leyendo una biografía de Mary Shelley que me permitió reencontrarme con su figura y su época. Y conseguí leer la Odisea, en una versión comentada e ilustrada preciosa que no puede evitar comprar cuando me la encontré en el mostrador de una librería a la hora de pagar.

En realidad la Odisea respondía a ese objetivo que me puse hacer un par de años de leer un clásico o una de las grandes obras de la literatura universal, pero también al eje temático que me ha llevado al mediterráneo oriental este año. Si el año pasado me interesé por la literatura centroeuropea del periodo de entreguerras, en este me he centrado en libros sobre Grecia, Turquía o Egipto. Cierto que siempre ha sido un territorio y una época (el periodo clásico) que me ha interesado mucho pero la semilla este año fue El infinito en un junco de Irene Vallejo que ha sido uno de los libros que más impresión me han causado este 2021 y del cuál he seguido muchos hilos, han salido muchos otros libros anotados para leer. De ahí salté a otro libro de la misma autora, El silbido del arquero, regalo de mi cumpleaños. A la afición por la zona, se le sumó la serie de televisón The Durrell que como a casi todo el mundo que la ha visto imagino que te lleva a soñar con un viaje a Corfú que espero hacer en un futuro próximo.  A partir de ahí empecé en verano a aventurarme en el Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell leyendo Justine y Baltasar, pero en una traducción en español de Sudamérica que costó seguir. Esta Navidad me han regalado el Cuarteto entero en la preciosa edición de Proa que espero disfrutar y seguir leyendo.

Antes de dejar de lado el hilo Europa en periodo de entreguerras, leí “Una librería en Berlín”, la correspondencia entre Herman Hesse y Stefan Zweig y “Viaje al pasado” de este último autor, uno de mis escritores de cabecera. De hecho, me pedí de regalo de Sant Jordi sus memorias “El temps d’ahir” que es uno de los libros que más me ha influido en mi vida.

Otro de los caminos de lectura de este año ha sido leer novelas en francés y en italiano para mantener el idioma. Siempre y cuando sean obras que me interese leer. Así empecé el año con “L’isola d’Arturo” de Elsa Morante, seguió con “Vol de nuit” de Saint-Exupery, “Le piccole virtu” de la sempre impectable Natalia Ginsburg per setmana santa, “Il giardino dei Finzi-Contini” de Giorgio Bassani a l’estiu y “Il colibrí” de Sandro Veronesi a la tardor.

La poesía ha continuado estando presente en este año. Evidentemente releyendo muchos poemas de manera habitual a los que vuelves a buscar o descubrir un poema como Margarit, Luís García Montero, Machado, Plath, Lorca o Benedetti. Pero también leyendo por primera vez poemarios de otros autores como Szymborska que tal vez haya sido la lectura más importante de este año que dejamos atrás. También leí la poesía completa de Alejandra Pizarnik, un poemario de Sara Bueno y la antología de de Karmelo Iribarren.

Otra de las principales influencias a la hora de escoger mis lecturas son las recomendaciones y los préstamos de mis amigas lectoras. Así siguiendo a mi amiga Eva leí “Les formes de verb anar” de Jenny Erpenbeck, también una de las lecturas más apasionantes del año y “la meitat evanescent” de Brit Bennett. Y por recomendación de mi amiga Neus leí “Seqüela” de Rachel Cusk, también el Colibrí antes citado, “Un lugar llamado antaño” de Olga Tokarczuk y “Hammet” de Maggi o’Farrell, otro de las grandes lecturas del año que me llevó a derramar lagrimones en el metro.

“Hammet también formaría parte de otro gran grupo de libros que son las novedades o las recomendaciones que anoto de los programas de radio y televisión sobre libros que sigo. De esta manera, he leído “Malahierba” de Manuel Jabois, “Las Maravillas” de Elena Medel, “No diguis res” de Patrick Radden Keefe, “Otoño” de Ali Smith, “El don de la siesta” de Miguel Ángel Hernández, “La otra guerra” de Leila Guerriero, “Simón” de Miqui Otero, “Ordesa” de Manuel Vilas, “Un amor” de Sara Mesa y “Cara de pan” de la misma Sara Mesa. De todos estos me quedo con las risas de la novela de Jabois, la inquietud de Sara Mesa, las frases contundentes de Vila y el periodismo de altura de Radden Keefe y Guerriero.

Una vez más, y como siempre, la literatura ha sido un asidero fundamental en mi vida en un año complicado y duro.