diumenge, 18 d’agost del 2024

México. 18 días recorriendo la península de Yucatán

 

Yucatán, amalgama de paisajes, sabores, experiencias. El viaje nos lleva desde la turística Tulum, a la soledad de la selva de Cobá, la alegría de Valladolid, la actividad cultural de Mérida y la apacible y preciosa Campeche

Yacimientos arqueológicos mayas, ciudades coloniales españolas, mansiones afrancesadas, selva, cenotes, playas paradisiacas. Pirámides, catedrales, monasterios, casas señoriales, museos. Trayectos en autocar, en autobús que nunca sabes cuándo pasa y esperas horas bajo el sol, viajes en colectivo que salen cuando se llenan, taxis, bicicletas. Madrugones, siestas, gafas perdidas, gafas encontradas. Calor, mosquitos, perros callejeros, iguanas, caimanes. Amabilidad mexicana. Tacos, muchos tacos. Cochinita Pibil, papadzules, poc chul, frijoles, antojitos, tamales, marquesitas, huevos motuleños. Horchata. Jamaica. Aguas frescas. Limonada. No hay cerveza. Sol, lluvia. Malecones, supermercados, estaciones de autobús, mercados, paseos. Música, bailes regionales, lucha libre, mappings, espectáculo de fuentes de colores.

¿Por qué Yucatán?

Cuando los dos miembros de la pareja han viajado tanto en sus vidas pasadas, es difícil encontrar lugares que sean nuevos y estimulantes para los dos. Como Guatemala fue un destino que le encantó, pensamos en Chiapas y Yucatán como propuesta. Ese era el plan inicial. A última hora, compañeras mexicanas nos desaconsejaron viajar a Chiapas justo en este momento porque la situación estaba complicada. Así que tuvimos que adaptar los planes y enfocar todo el viaje en Yucatán, lo que nos ha permitido también poder dedicar más tiempo a cada lugar, no tener que ir corriendo de un lado a otro  e incluso poder descansar.

Logística

Viajamos a Yucatán saliendo y regresando por Cancún porque evidentemente es a donde hay más oferta de vuelo. Lo hicimos con Iberojet, totalmente desaconsejable. No se puede hacer checking on line, aunque nosotros no facturábamos maleta, el avión a la ida salió con más de 3 horas de retraso, los aviones muy pequeños, sin pantallas de televisión con programación, sólo una comida durante las casi 10 horas de vuelo. La ida la hicimos vía Madrid y la vuelta directa a Barcelona.

En Yucatán nos hemos movido principalmente de una ciudad a otra en autocar, con la compañía ADO que es una maravilla. Puedes comprar los billetes con antelación, reservar asiento, cambiarlos cuando quieras, a través de la web. Y tienen un buen servicio de atención al cliente porque me resolvieron diversas cuestiones. Son autobuses cómodos, con televisión, reclinables, con aire acondicionado (demasiado alto, eso sí, hay que llevar chaqueta y pantalón largo). Y después en cada destino el transporte era autobús de línea, colectivo (furgonetas de línea) o taxi. Así sí que he sufrido un poco con la incertidumbre de los horarios, sin saber cuándo iban a pasar los transportes y si iban a pasar, pero al final todo se ha resuelto siempre bien. Cosas de sufridora nata!

Los alojamientos que hemos elegido eran sencillos y ciertamente bastante correctos y económicos.


Eso sí, nos ha sorprendido los precios de la comida, tanto en restaurantes como en supermercados, porque no difieren mucho de los precios de aquí, e incluso más caros. Al final del viaje hemos comido y bebido en la calle, para minimizar riesgos, sobre todo si tienes un estómago e intestino delicado como el mío. No hemos tenido ningún problema con el picante porque la comida yucateca no es especialmente picante y siempre te avisan de la intensidad del picante. El hecho de que la comida se base en tortitas de arroz me ha ayudado a sobrevivir porque no había ni rastro de comida sin gluten ni en los supermercados. Y en ocasiones he sobrevivido con tortitas de arroz.

Me ha parecido una zona limpia, cuidada, segura, y eso que no hemos estado en zonas de complejos turísticos.

Un tema que sí que me ha resultado molesto son las propinas. En cada cuenta te preguntan directamente si desea dejar propina, creando una incomodad en aquellos que somos contrarios a las propinas.

Cultura e historia

Viajar es una oportunidad de acercarte a la historia y la cultura de un lugar. Ha sido fascinante ir conociendo la convulsa vida de este país que llegó a extenderse de Oregón a Panamá y hoy tiene 120 millones de habitantes. Con literatura, podcast, guías, artículos, vídeos, películas, visitas hemos vivido el meteorito, los mayas, los aztecas, los toltecas, la conquista española, la independencia, el grito de Dolores, la lucha de los indigenas en la guerra de las Castas, la dictadura de Porfirio Díaz, la Revolución Mexicana, los 80 años del PRI, Benito Juarez, Zapata, Pancho Villa, el feminismo.

Y además de México, poder poner el zoom en la zona de Yucatán ha sido toda una sorpresa porque tiene una historia peculiar bien interesante.




Hace más de 65 millones de años un meteorito impacto sobre el Golfo de México haciendo emerger del mar la península de Yucatán, uno de los territorios más jóvenes de la Tierra. Eso explica que esté agujereada por debajo, llena de cuevas y más de 8.000 cenotes de agua dulce que se comunican. La civilización maya estuvo presente durante más de 2.000 años y luego simplemente despareció, sus conocimientos de arquitectura, astronomía, matemática nos han dejado zonas arqueológicas maravillosas pero de las que no hay documentación escrita. Con la conquista española, la provincia de Yucatán que llegó a incluir Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador era independiente de México. Tenía más relación con Cuba y España que con México. 

Puede que la palabra "Yucatán" venga de la expresión "Yuk ak katan" (no entiendo tu lengua" de los nativos a los españoles. Por su situación estratégica fue una zona próspera, también atacada por piratas, pero la riqueza estaba en manos de unos pocos. Se independiza de España. Había 7 clases sociales (o castas): los ricos, la clase media, los campesinos no adeudados, los sirvientes domésticos, los mayas sometidos y los mayas  rebeldes. Un sistema de servidumbre y esclavitud basado en endeudamiento que no se podía pagar. Finalmente, en 1847 los mayas se rebelan iniciando la Guerra de Castas que dura más de 50 años. Yucatán resiste pero finalmente ha de pedir ayuda al vecino país de México, a cambio de incorporarse al país y perder su independencia. Sin duda, esta historia le otorga una identidad propia a la península.

Para mí, viajar también es una ocasión ideal para aproximarme a su literatura. Así que las semanas previas al viaje hice una búsqueda de las obras más relevantes de la literatura mexicana del siglo XX y XXI y durante el viaje he podido ir leyendo novelas que además me ayudaban a entender  y contextualizar la historia que íbamos conociendo. Esto será motivo de un post concreto.

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