dissabte, 12 de desembre del 2015

Nueva York, el intenso sabor de la gran manzana

“Es como si ya hubiera estado aquí antes”. La sensación de deja-vu no te abandona ni un solo instante la primera vez que visitas Nueva York, al reconocer todos esos lugares vistos a través de la pantalla. Fascinante, impresionante, vertiginosa, la gran manzana también puede resultar cálida y cercana.

Artículo publicado en 2010 en Feminas.com

En Nueva York todo resulta tan asombrosamente familiar como si de pronto habitaras al otro lado de la pantalla. Como en un sueño de celuloide, sientes la alegría del inmigrante recibido por la Estatua de la Libertad, no es la primera vez que has paseado descalza por Central Park, ni que has perdido el último tren en la Central Station. También reconoces las luces de Times Square que te reciben en año nuevo, y recuerdas maravillosas primeras citas asistiendo a un musical de Broadway, o besos en el mirador del Empire State mientras buscas la mirada desvalida de King Kong.

El corazón de Manhattan
Midtown es el centro de Nueva York. Avenidas infinitas, rascacielos de vértigo, tiendas glamourosas, miles de taxis amarillos, hermosos edificios art-déco, espejos, cúpulas, teatros, musicales, impresionantes catedrales que quedan empequeñecidas… De todo lo que captarán tus ojos no debes olvidarte de:
·         Quedarte con la boca abierta en Times Square ante tanta actividad, mensajes, información, música, movimiento y colores de los carteles luminosos.
·         Buscar refugio en medio de tanto alboroto en la Biblioteca Nacional, que conserva una Biblia hecha en la imprenta de Guttemberg, o en Bryan Park, un oasis verde donde se proyectan películas al aire libre en las calurosas noches de verano.
·         Admirar la mezcla de estilos arquitectónicos que se dibujan en el horizonte: la Central Station; el edificio Chrysler; Sant Patrick, la mayor catedral católica de Estados Unidos; el Rockefeller Center, el complejo privado más grande del mundo que en invierno acoge la famosa pista de patinaje y el enorme árbol de Navidad de tantas películas; y el Empire State, cita obligada para disfrutar de las vistas de Manhattan.
·         Ir de tiendas por la Quinta Avenida, descubriendo el lujo de la joyería Tiffany’s, la modernidad de la tienda de Apple, la ingenuidad de la juguetería de la película Big o el glamour de las tiendas de ropa de élite.

El sur de la Gran Manzana
Aquí fue donde nació Manhattan hace 300 años cuando el holandés Peter Minuit le compró la isla a los indios por sólo 24 dólares. Hoy acoge el ajetreo del distrito financiero de Wall Street, apacibles rincones y jardines en la zona del puerto y la dramática atracción turística de los últimos años, la Zona 0. Las visitas imprescindibles son:
·   Trinity Church fue el edificio más alto de NYC en su época (1846), hoy parece una miniatura junto a los rascacielos de Wall Street que lo rodean.
·   La estatua de George Washington preside el Federal Hall, donde fue proclamado primer presidente del país en 1789.
·   Pasear por el puerto, divisar la Estatua de la Libertad y tomar el ferry a State Island, una de las mayores atracciones gratuitas de NYC, puesto que ofrece espectaculares vistas del skyline y de la Estatua de la Libertad.
·   Las huellas del los atentados del 11 de septiembre.

Harlem, enclave afroamericano
Desde sus orígenes en los años 20, el corazón de la cultura negra ha latido siempre en este barrio al norte de Central Park. Para vivir Harlem has de:
·   Asistir a una misa dominical con gospel, al que las damas negras del barrio acuden con sus mejores galas de domingo.
·   Visita el Teatro Apollo, el espacio más importante de Harlem para celebrar conciertos y mítines políticos. Casi todos los artistas negros de renombre, como Ella Fitzgerald, Stevie Wonder o Michael Jackson, surgieron de aquí.

Central Park, la vida neoyorquina se mueve
Más de 3 km2 de césped, bosques, caminos, estanques, un teatro, lagos, zonas deportivas, Central Park es un oasis en medio de la locura de la Gran Manzana. El lugar donde se encuentran para divertirse, hacer deporte, descansar y relajarse neoyorquinos de toda clase social, etnia o religión: músicos callejeros, abuelos jugando al ajedrez, embarazadas haciendo footing, grupos de amigos jugando a béisbol, familias de picnic, lectores al sol, ciclistas, pintores… todos tienen su lugar en Central Park.

Otros rincones imprescindibles
Por muy poco tiempo que pases en la ciudad de los rascacielos, hay rincones que no puedes dejar de descubrir. Por ejemplo, dejarte arrastrar por la actividad de Chinatown, un barrio animado lleno de restaurantes, puestos de verduras y curiosidades, o rememorar el misterioso pasado del vecino Little Italy, que fue la cuna de la mafia americana en los años 20.
 
También deberías buscar un momento para pasear por el Soho, famoso por sus fachadas de hierro colado, un encantador barrio de calles adoquinadas que albergan galerías de arte y tiendas de diseño. Así como perderte por las callecitas arboladas del barrio más bohemio y rebelde de Nueva York, escenario de innumerables películas y series de televisión, el Greenwich Village.

Finalmente, sería casi imperdonable abandonar la Gran Manzana sin visitar alguno de sus impresionantes museos, como el MOMA o el MET. Y como colofón, no olvides sumergirte en la auténtica esencia de Nueva York recorriendo el puente de Brooklyn al atardecer.


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