dissabte, 13 d’agost del 2011

La frustrada invasión de la Vall d'Aran, un espisodio descubierto gracias a Almudena Grandes

Además de disfrutar del placer de su talento literario, leer las últimas novelas de Almudena Grandes me están descubriendo fragmentos desconocidos para mí de la historia reciente de España.

Aunque tengo que confesar me atrapó mucho más su novela anterior (El corazón helado), he leído “Inés y la alegría” con mucha emoción e interés. Y en ocasiones indignación y rabia.

Rabia por el pasado del que nos privaron que posiblemente nos habría situado hoy en un presente mejor. Aunque 30 años de democracia y de progresismo nos otorguen hoy cierta estabilidad para afrontar la crisis y sus daños colaterales (como recorte de los derechos y del Estado del Bienestar), nuestra fortaleza frente a estos envites sería mucho mejor si en vez de 30 lleváramos 80 años. Al menos tendríamos mucho más camino recorrido a la hora de recortar y no supondría tanto retroceso.

Gracias al la novela, me he dado cuenta como en los años treinta los partidos fascistas ascienden al poder en diversos países europeos (Alemania, Portugal, Italia, España) pero sólo España se rebela. El resto permiten ese ascenso con la cabeza baja. España es el primer y único país en Europa que se rebela contra un avance que el resto de países tanto temían. Leyendo la novela me indigno tantos años después contra la traición de los países democráticos (Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Noruega) que no apoyan al Gobierno legítimo de España, y que entregan al país en manos de los fascistas que sí reciben apoyo de Italia y Alemania. A cambio, miles de españoles que pese a haber sido abandonados y traicionados por “sus amigos” olvidan el desagravio y les ayudan en su propia Guerra. La novela habla de la AGE ( Agrupación de Guerrilleros Españoles) que voluntariamente se integraron en la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial. Dieron su vida por luchar contra el fascismo pero apoyando a aquellos que los habían traicionado. Y con la esperanza de que una vez acabado el conflicto, estos países continuarían con su tarea y acabarían con el Régimen de Franco que sin embargo toleraron, consintieron, aceptaron y finalmente apoyaron. ¡Qué decepción para toda aquella gente! ¡Qué desolación debieron sentir!

“Inés y la alegría” habla de esos voluntarios valientes, orgullosos y luchadores en el Sur de Francia pero sobre todo de un acontecimiento totalmente desconocido para la mayoría de la población y que sin embargo pudo haber cambiado el signo de la Historia: La invasión de la Vall d’Aran.

En 1944, una vez que es evidente la cercana victoria aliada contra Alemanía, se cree ingenuamente que ha llegado el momento de España, que es la siguiente en la lista de países que serán liberados de las garras del fascismo. Creyendo que tendrán el apoyo de los Aliados, unos 4.000 y 7.000 soldados españoles que están luchando en la Resistencia francesa se presentan voluntarios para formar parte de la operación. Organizado por el Partido Comunista en Francia y en España, la Operación Reconquista de España tenía como objetivo es invadir España entrando a través de la Vall d’Arán. Y una vez allí establecer un gobierno provisional presidido por Negrín y luchar para recuperar el país. Una idea fantástica que pudo haber salido bien, pero nuevamente fueron traicionados. Como en 1936. Con este convencimiento entraron los primeros destacamentos en octubre de 1944, esperando encontrar al apoyo y el entusiasmo de los pueblos que iban liberando que se irían sumando a su ejército. No fue así. Encontraron miedo, pavor, desconfianza, traición. Incluso cuando liberaran a hombres que estaban encarcelados por haber luchado en el ejercito republicano, en vez de unirse a ellos, salen huyendo. España ya no es la misma que en 1936. El pueblo lleva 5 años de humillaciones, terror y muerte por parte de los vencedores. Ese es el primer factor de la derrota de la liberación de España. El segundo es que nunca reciben apoyo de los Aliados, ni siquiera de la dirección del Partido Comunista que les pide que se retiren.

Y es que la novela de Almundena Grandes también permite conocer los entresijos del Partido Comunista español. Las miserias y las conspiraciones de la dirección y la grandeza de las personas humildes que tienen fe en sus valores.

Y como curiosidad, “Inés y la alegría” también me ha desvelado la figura del padre de Franco, que un hombre liberal, mujeriego, progresista, moderno, y así mismo de uno de sus hermanos que fue un radical de izquierdas en la época de la República (incluso
obtuvo un acta de diputado por Esquerra Repúblicana de Catalunya), pero luego acabó combatiendo en el bando golpista. El padre de Franco, Nicolás Franco y Salgado-Araújo, que había abandonado a su madre por otra mujer con la que convivió muchos años, incluso es posible que tuviera una hija y con la que se casó públicamente en una gran fiesta. La autora llega a insinuar que una explicación a la obsesión de Franco por la pureza, la castidad y las normas puede tener su origen en un rebote contra el carácter libre y abierto de su padre y la “ofensa” contra su madre.


Como explica al final del libro, Almudena Grandes pretende explicar mediante historias cotidianas de personajes de ficción diversos acontecimientos trascendentales pero desconocidos de la historia reciente de España, inspirándose en los Episodios Nacionales de Pérez Galdós, que según la escritora fueron una auténtica revelación en su adolescencia. Resulta curioso también como en el mismo texto confiesa que había pensado utilizar la expresión “Episodios Nacionales” como homenaje a Galdós pero que el adjetivo nacional quedó desvirtuado tras el abuso que se hizo de él durante el Franquismo.

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