El 2025 ha sido un gran año. Me siento tan afortunada de
todo lo que tengo. Una familia pequeña pero muy unida, una pareja que me da la
vida, muchas amigas y amigos que son mi mayor tesoro, un trabajo que me
apasiona y me da un propósito, un lugar donde vivir con luz, tranquilidad y
harmonía cuando hay tanta gente sufriendo por la vivienda.
Todo eso es lo básico, el tronco sólido y robusto del árbol.
Pero además el 2025 me ha dado unas flores y unos frutos deliciosos, y algunos
amargos.
Viajes con familia, viajes con amigos, viajes en pareja. Excursiones
de un día y con la furgoneta. Un año de mi consolidación encima de la bicicleta
y mi relación estable con el gimnasio. Este
año me deja series, muchas series, algunas películas (ninguna en el cine), y
bastantes lecturas. Conciertos, exposiciones, visitas guiadas, campeonato de
trivial, celebraciones de cumpleaños, una boda de 50 años de matrimonio, nacimientos
de hijos de amigos, funerales de padres y abuelos de amigos.
Dolor, indignación, manifestaciones por Gaza. No dejemos de
hablar de Gaza. Ni de Sudán, ni del Congo, ni de Yemen. En el trabajo incertidumbre,
decisiones dolorosas, cambios, nuevas ilusiones. Inicio del proyecto de la casa
con cambios, frustraciones, impaciencia, desilusiones, resiliencia.
En febrero, tuvimos una maravillosa escapada de Londres.
En marzo, disfruté muchísimo del Congreso de Periodismo en
Huesca y de la excursión a Madrid con mi madre y Aran a ver Aladín.
En abril, viaje en furgoneta a Francia y excursión con
amigas para conocer mejor Terrassa.
En junio, la ruta del Císter con la furgoneta y un plato fuerte
del año: escapada familiar a Ámsterdam para celebrar el cumpleaños de mi madre.
En julio, un chute de energía profesional en Sevilla y vacaciones
en furgoneta a Italia.
En septiembre, reunión en Barcelona con mi nuevo equipo para
empezar una nueva etapa. Y bici, mucha bici.
En octubre, excursión a Vilafranca y fiesta de celebración de
los 10 años que empezamos el Vicenç Vives.
Noviembre fue un mes muy intenso con una escapada en
furgoneta al Parque de Ordesa y Monte Perdido, un fin de semana en bici con
amigos en Binefar y la escapada anual con amigas de viaje a Fez.
Diciembre trabajo más
excursiones en bici, al Pedraforca, y unos días en furgoneta por la Noguera.
No pido más que un 2026 que sea igual de bonito que este año
que dejamos.
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