Queríamos ir unos días a la montaña para caminar y disfrutar del espectáculo visual de los colores del otoño, además de salir unos días con la furgoneta que no sacábamos de paseo desde el viaje del verano a Italia.
Y nos decidimos por el Pirineo de Huesca, que es una zona que
yo desconocía y que apenas a tres horas y media de Barcelona nos permitía hacer
excursiones y dormir en la furgoneta antes de que avanzara el invierno y el frío
nos lo dificultara. 
Ruta por el Monte Perdido
Es el puente del 1 de noviembre y ya muchos cámpings ya han acabado la temporada, y no encontramos cámpings con parcelas en los pueblos de Torla y Broto, los más cercanos a Monte Perdido, así que tenemos que irnos hasta Fiscal para encontrar un puesto, que está a unos 30 minutos de Torla. Necesitábamos un cámping por dos motivos: para tener electricidad para conectar la nevera y el calefactor, y para podernos duchar después de sudar las caminatas a la montaña.
En este viaje estrenamos nueva incorporación a la furgoneta.
Hemos adaptado un calefactor de baño que emite aire caliente para poder
colgarla de unos ganchos 
También nos ha ido muy bien el mueble que compramos en junio
donde el somier se convierte en mesa de comedor y bancos, porque así hemos
podido cenar dentro de la furgoneta que hacía demasiado frio para cenar a la intemperie
en el Pirineo. 
El Monte Perdido ha sido un lugar sagrado y venerado por las comunidades locales durante siglos. Los pastores y los montañeses de la zona lo consideraban un lugar mágico y poderoso, donde se creía que habitaban los espíritus de la montaña. La montaña también ha sido un desafío para los montañeros y exploradores, que han intentado alcanzar su cumbre desde el siglo XIX.
La primera ascensión registrada al Monte Perdido fue
realizada en 1802 por un grupo de montañeros franceses, liderados por Louis
Ramond de Carbonnières. Sin embargo, se cree que los pastores y los montañeses
de la zona ya habían alcanzado la cumbre con anterioridad.
En 1918, se creó el Parque Nacional de Ordesa, que más tarde
se amplió para incluir el Monte Perdido y otros picos circundantes. El parque
es un lugar de gran belleza natural, con valles glaciares, ríos y cascadas, y
es hogar de una gran variedad de flora y fauna, incluyendo el quebrantahuesos y
el águila real. En 1997, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido fue
declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en reconocimiento a su
valor natural y cultural.
En Torla todavía no han abierto la carretera para subir directamente a la esplanada de Ordesa y hay que dejar en coche en el aparcamiento gratuito de Torla y comprar los tickets de autobús para subir al parque (precio: 6 euros por persona ida y vuelta) Son unos 15 minutos de ascensión en autobús.
La ruta hasta cola de caballo son 18 km, unas 6 horas ida y
vuelta, pero conseguimos hacerla en 5 horas. Como es una excursión muy
accesible, la zona de la cascada está llena de gente, muchos niños. Aunque las
normas exigen no salirse del camino y llevar siempre los perros atados, hay
gente con los perros sueltos o caminando campo a través. Nos encontramos
algunos ejemplares de corzos.  Todo el
recorrido hasta Torla y la excursión a cola de caballo es un espectáculo de verdes,
naranjas, amarillos, rojos.
Al regresar visitamos el Centro de Visitantes del Parque y
damos un paseo por Torla y volvemos al cámping.
Ruta por el valle de Bujaruelo 
Llueve durante la noche pero amanece despejado. Regresamos de nuevo a Torla pero esta vez podemos subir en coche hasta el Valle de Bujaruelo, los 10km de la carretera son complicados con el pavimento lleno de agujeros.
Hace viento y la sensación térmica es fría. Desde el Refugio
de Bujaruelo (un refugio de montaña que data del siglo XIX y que ha sido
restaurado recientemente) hacemos una ruta a la cascada de Otal que son unas 3
horas y media, con un idílico paseo al lado del rio para tomar fotos preciosas
y luego una pronunciada ascensión hasta la larga ladera hasta las cascadas. Es
una ruta mucho menos conocida, así que apenas nos encontramos gente a la ida.
Eso sí, es una ruta bastante accesible, que también se puede hacer con niños.
Regresamos al cámping a comer, pues nos han dejado quedarnos
hasta tarde porque no tenían más reservas. La verdad, hemos estado super
cómodos y tranquilos en el cámping, pero hay que reconocer que está un poco
dejado y destartalado. Los servicios son justitos (duchas se podrían
acondicionar más, también la zona de lavar platos y ropa), el bar sólo sirve bebidas
nada de comer (ni bocadillos). Y está un poco destartalado. Se nota que en las
parcelas hay caravanas y móvil home de persona que hace tiempo que vienen y se
han acondicionado su espacio a su manera, pero da un aspecto bastante
descuidado. Eso sí, como digo hemos estado superbién. Son muy amables en
recepción y en el bar. Las dos noches que hemos estado ha habido fiesta de
castañada y Halloween con todo decorado, mucha gente disfrazada (adultos y
niños), y nos han ofrecido golosinas y castañas asadas. Se nota que es un
cámping familiar donde casi todo el mundo se conoce. Nos cuentan que hay
familias que hace 40 años que están en el cámping y vienen los hijos y los
nietos. 
Aínsa 
Dejamos atrás el cámping de Fiscal y nos dirigimos a la zona de Aínsa, un pueblo medieval precioso que me recordaba a los pueblos franceses del Perigord y la Val de Lot que visitamos en primavera.
El casco antiguo está encaramado en un cerro, con calles
empedradas y casas medievales, tiene una plaza mayor maravillosa donde se
encuentra la colegiata de Santa María, románica del siglo XII, y el
Ayuntamiento. Al fondo encontramos el castillo medieval del siglo XI, donde
puedes pasear por sus murallas, que ofrece vistas panorámicas del pueblo y el
valle, con las impresionantes montañas de los Pirineos y el Monte Perdido al
fondo.
Nos quedamos en un cámping muy bien preparado, con fantásticos servicios (un 10 a las duchas), lavabos con calefacción, parcelas enormes aisladas con setos, electricidad, piscina exterior y interior climatizada, jacuzzi, restaurante, supermercado.
Como hace menos frío, decidimos cenar fuera de la furgoneta
pero como es negra noche tenemos que hacerlo con los frontales puestos y las
luches inalámbricas y una pandilla de gatos que nos rodean. 
Por la mañana, nos acercamos al Congosto de Entremón, un
impresionante desfiladero ubicado en el Pirineo Aragonés, con paredes
verticales de roca caliza que se elevan hasta 300 metros de altura. El río
Noguera Ribagorzana fluye a través del desfiladero, creando un paisaje
impresionante y único. Eso sí, poco hemos visto el paisaje porque si levantábamos
la vista del suelo corríamos el riesgo de despeñarnos. La ruta de 2 horas ha
sido complicada, por un camino estrecho y pedregoso expuesto al borde del desfiladero,
en algunas ocasiones con cuerdas y agarres pero en otros el camino se había
erosionado y apenas cabían los pies. Al final del camino estaba muy arriesgado
y hemos dado la vuelta sin llegar.
Gastos de estos días
Camping Ribera del Ara. Dos noches (2 personas, con electricidad).
60 euros.
Desayunos en el cámping Ribera del Ara. 5.70 cada día dos personas
Tickets de autobús ida y vuelta a Monte Perdido. 12 euros
dos personas
Cámping Peña Montañesa. Un noche dos personas con electricidad.
36 euros
Desayuno en el cámping. 5 euros
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