En medio de estas lecturas he leído ensayos para el máster de literatura y he ido leyendo poesía en algunos momentos puntuales. Pero la poesía no la leo toda de un tirón como si fuera una novela sino poemas sueltos de vez en cuando.
1. Leer Lolita en Teherán. Azar Nafisi.
Por recomendación de la compañera de
Groenlandia Ana de Madrid. Un libro delicioso sobre la literatura y la
situación de la mujer en Irán.
Ensayo sobre la lucidez. José Saramarago.
Lúcida novela sobre la política, la
manipulación, la absurdidad del sistema. Leyendo sobre el estado de excepción,
el toque de queda y el confinamiento en la ficción tres semanas antes de
vivirlo en la realidad.
3. Listas, guapas y limpias. Anna Pacheco.
Interesante por explicar una historia y una
realidad que me es cercana y que no se acostumbra a leer.
4.
Días sin ti. Elvira Sastre.
He tenido que hacer un esfuerzo
para poder acabarlo. No me interesaba la historia, recrea escenas que ya he
visto en películas y el lenguaje es cursi y sensibilón.
5.
Qué vas a hacer con el resto de tu vida. Laura
Ferrero.
Entretenido y tiene algunos
pasajes muy líricos pero prescindible.
6.
Tenía que ser aquí. Maggie O’Farrell.
Engancha en algunos momentos,
promete mucho al principio pero luego se va desinflando. En todo caso, una
lectura aditiva pero ya casi la he olvidado.
7.
Cuando aparecen los hombres. Marian Izaguirre.
Pasatiempo sin más.
8.
Gente Normal. Sally Rooney
Lectura aditiva, de las que no
puedes irte a dormir para seguir leyendo.
9.
La madre de Frankenstein. Almudena Grandes
Como siempre en este proyecto de
Almundena Grandes de escribir novelas sobre historias olvidadas de la guerra y
la postguerra española, la historia de partida es fascinante. También la
oportunidad de conocer el sistema de salud mental en la postguerra española,
pero después se pierde el hilo con la historia del médico y la auxiliar.
Posiblemente la novela que menos me ha atrapado de este proyecto.
10.
El mundo de Sofía. Jostein Gaardner.
Lectura empezada hace mil años y
nunca acabada, le di el impulso final aprovechando que estudio filosofía por si
podía ayudarme a un poco de contexto. Me saltaba todas las partes narrativas
para concentrarme en la teoría y tomar notas simples.
11.
Los crímenes de Mitford. Jessica Fellowes
Novela de misterio en
la Inglaterra de principios de siglo XX. Para pasar el rato.
12.
Las hijas del capitán. María Dueñas.
Otro pasatiempo entretenido. Me resultó
interesante por conocer la historia de los inmigrantes españoles en el Nueva
York de los años 30. Además coincidió que estaba viendo La Conjura contra
América en HBO que es de la misma época y lugar pero sobre la comunidad judía.
13.
Autodifesa
di Caino. Andrea Camilleri.
Para no perder práctica del italiano.
Ocurrente. Divertida. Una forma de darle la vuelta a la historia. Caín como el
héroe antianimalista que mata a su hermano porque maltrataba a los animales.
14.
Un corazón demasiado grande. Eider Rodríguez.
Cuentos inquietantes sobre las pequeñas
mezquindades de la vida cotidiana. Muy bien escrito.
15.
Lectura fácil. Cristina Morales.
De fácil nada. Empieza con mucha potencia
pero me ha costado acabarlo. Es valioso por la experimentación sobre los puntos
de vista e irreverente en el lenguaje. Pero a mi se me hacía pesado.
16.
Momentos estelares de la humanidad. Stefan
Zweig.
Una delicia como siempre, para ir leyendo a
ratos. Breves capítulos de instantes importantes en la Historia.
17.
La joven de la leica. Helena Janeczek.
Historia novelada de la figura de Gerda
Taro a partir de cuatro puntos de vista. Me costaba seguir la lectura por la
forma cómo está escrito pero me resultó muy interesante el ejercicio de
reconstrucción de su vida y también por el momento que refleja. La Alemania de
entreguerras, la París preguerra, la Guerra Civil.
18.
Conversaciones entre amigos. Sally Rooney
Repito con Rooney y vuelvo a engancharme a
la lectura. Me pasa con algunas autoras que la forma de escribir me resulta
aditiva, aunque el argumento no tenga mucho interés (Marta Rojals también o Eva
Baltasar). Apenas recuerdo de qué iba pero lo leí casi de una sentada.
19.
Un verano sin hombres. Siri Husdvet
Delicado, delicioso, sobre la amistad entre
mujeres, la literatura, la depresión, los problemas mentales. El libro que más me ha gustado de Husdvet hasta el
momento. Lo leí después de escuchar el programa Una Habitació Pròpia de Irene
Rodrigo.
20.
El libro del día del juicio final. Connie
Willis.
Siguiendo también el consejo de Eva
Patricia Gil a través de Twitter. Un entretenimiento, pero muy inquietante por
la situación actual. Una pandemia en forma de virus sacude el mundo a mitad del
siglo XXI con viaje en el tiempo incluido a la Europa de la peste negra.
21.
El chal. Cyntia Ozyck
Novela breve que leí siguiendo los consejos
de Ciutat Maragda. También muy angustiante sobre una madre judía, su sobrina y
su hija recién nacida en un campo de concentración nazi.
22.
La campana de vidre. Sylvia Plath
Ha sido casualidad y no era le
mejor momento pero he acabado leyendo libros bastante angustiosos este años,
que era lo que menos necesitaba. Lírico,
delicado en su forma pero asfixiante en su contenido. El periplo por los
problemas de salud mental e intentos de suicidio de su joven protagonista. Lo
leí después de escuchar el programa Una habitación pròpia de Irene Rodrigo.
23.
Una
letra femenina azul pálido. Franz Werfel.
También recomendación de Ciutat
Maragda. Novela breve muy bonita sobre una historia de amor de juventud y el
reencuentro en la madurez en la Austria de entreguerras. Habla sobre la
mezquindad y la vileza del alma humana. De como nos traicionamos a nosotros
mismos y a los demás por encajar, por seguir un estilo de vida, por ser
aceptados.
24.
El ruiseñor. Kristin Hannah
De nuevo, una novela de
entretenimiento pero que te engancha. La historia de dos hermanas, muy
diferentes, en la Francia ocupada de la II Guerra Mundial. Y como cada una a su
manera lucha contra la situación. Interesante conocer la historia de cómo pasar
soldados aliados a través de la frontera con Euskadi. Recomendación de mi amiga
Aitana.
25.
Permagel. Eva Baltasar
Una lectura adictiva, una vez
más. Me interesa la protagonista, su relato personal, sus vivencias, otra vez
los intentos de suicidio y los problemas de salud mental, pero también la forma
irreverente como está escrito, el sentido del humor corrosivo. Libro prestado
por Anna Oliet.
26.
El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad.
Clásico pendiente para leer en
verano. Es una novela bastante breve pero muy intensa y densa. Otra lectura
para inquietarte el alma, pero un referente para entender la literatura y el
cine. Angustioso camino por el río adentrándote en la selva y el alma humana. Lo
leí después del programa especial de Una habitación propia con Irene Rodrigo.
27.
El reino de las mujeres. Anton Chejov
Una novela breve más que apunté
en el especial sobre novela corta de Ciutat Maragda. Excepcionalmente bien
escrito pero la historia no me deja mucho poso. Una joven de origen humilde que
hereda una fortuna y que duda si seguir soltera. Casarse es lo que se espera de
ella pero no se ve al lado de un hombre. Su sensación de desclasada no la ayuda
en la decisión. Elegir un hombre rico que se sentirá superior a ella o a un
hombre humilde que no encajará en su mundo. Todo sucede en una jornada completa
del día de Navidad.
28.
Reencuentro y Un alma valerosa. Fred Uhlman.
También del especial de novela
corta de Ciutat Maragda. Son dos novelas cortas en una, explicada desde dos
puntos de vista y desde dos momentos históricos diferentes. La historia de una
amistad entre dos chicos, uno judío y otro hijo de alemanes nazis, en la
Alemania de entreguerras. La versión desde el punto de vista del chico judío me
pareció deliciosa, la versión desde el punto de vista del chico hijo de nazis
me decepcionó. En todo caso, muy recomendable.
29.
La tela de araña. Joseph Roth
Ya que el año me estaba llevando
por casualidad a la Europa Central del periodo de entreguerras, decidí buscar
proactivamente una novela que hablara de esta época y en diversos programas de
radio la citaron. Interesante por la época que describe y la historia de un
joven arribista sin escrúpulos como se abre paso en los movimientos nazis en
Munich, publicada pocos días antes del golpe de Estado de Hitler en 1923. Pero
me costaba la lectura y seguir el curso de las idas y venidas del protagonista
de un bando a otro.
30.
La trena. Laetitia Colombani.
Es un préstamo de Eva Mimbrero. Una
bonita historia trenzando la vida de tres mujeres en tres lugares diferentes
del mundo.
31.
El niño
perdido. Thomas Wolf
Descubierto gracias al programa
Una Habitació Propia de Irene Rodrigo, es una lectura maravillosa. Una novela
corta sobre el hermano de Wolf que murió cuando era adolescente y él era un
niño, un hermano brillante, inteligente, guapo, con un futuro excelente por
delante. La historia está contada desde diferentes puntos de vista.
Maravillosa.
32.
Boulder. Eva Baltasar
Repito con la autora después de
la buena impresión dejada por Permagel pero esta historia me deja bastante
indiferente, pese a los ingredientes con los que podría conectar. Me atrapa en
las primeras páginas con la vida en el barco pero desconecto con la existencia
en Islandia. Préstamo de Anna Oliet
33.
Volver a casa. Yaa Gyasi.
A través de una recomendación de
una desconocida en Twitter resultó ser un libro sorprendente sobre una estirpe familiar
que se remonta finales del siglo XVIII en un país previsiblemente Senegal y
llega hasta nuestros días. Una historia muy dura sobre la esclavitud, el colonialismo,
los abusos de poder, el racismo que se desarrolla a los dos lados del Atlántico.
34.
Quan arriba la penombra. Jaume Cabré
Un préstamo de Eva Mimbrero que también fue todo un hallazgo
por sus relatos sorprendentes, su ingenio en la prosa, su dominio del lenguaje,
los diferente estilos, una experimentación formal en cuentos llenos de humor
negro.
35.
A corazón abierto. Elvira Lindo
También un préstamo de Eva Mimbrero, una lectura deliciosa que
he disfrutado mucho sobre la vida de la escritora centrada en la figura
arrolladora de su padre. Una historia íntima pero cargara de sentido del humor
y también ternura.
36.
Mr. Dalloway de Virginia Woolf
Posiblemente el mejor libro que he leído en este año.
Después de una frustrada incursión hace ya mucho tiempo quiso volver a intentar
leer a la escritora británica y esta novela me cautivó. Un estilo deslumbrante
con un lirismo y una belleza espectacular. Se trata de una novela que tiene lugar
en un día, mientras la protagonista preparar una fiesta. También habla de cómo
nos traicionamos a nosotros mismos, de quiénes somos y en quiénes nos hemos
convertido. Hay un comentario en otra entrada del blog.
37.
El viaje más largo. Manu Leguineche.
Una lectura que me ha durado desde que empezó el
confinamiento hecha a fuego lento, leyendo cada capítulo con calma a la luz del
sol en el balcón, acompañando esta aventura del periodista cuando en su
juventud se aventuró con tres amigos a recorrer el mundo en un coche
destartalado. Recorremos durante dos años a principios de los 60 el norte de
África, Oriente Medio, cruzamos Afganistán e Irán, nos perdemos en la India, llegamos
con la guerra del Vietnam. Un recorrido por la geografía y la historia reciente.
38.
La noche fenomenal. Javier Pérez Andújar.
Después de quedar deslumbrada por Los príncipes valientes me
ha quedado muy distante esta fabula desmadrada de ciencia ficción que parece un
capítulo de Cuarto Milenio. Me ha costado mucho seguir el hilo y llegar al
final.
39.
Las olas. Virginia Woolf
Sigo con mi incursión en Woolf. Ha sido un lectura más ardua
y difícil que Mrs. Dalloway, tal vez era la traducción que costaba. Es un libro
preciosamente escrito, lírico, que explica la historia de un grupo de 6 amigos desde
su infancia hasta la vejez a través de sus hilos de pensamiento entremezclado. Una
lectura un tanto hermética y dificultosa pero que ha valido la pena. Hay un comentario en otra entrada del blog sobre el libro.