diumenge, 24 d’agost del 2014

Aproximación a las Islas Åland (andando, en coche, en bicicleta, en kayak)


En medio del mar Báltico, a medio camino entre Suecia y Finlandia, se encuentran las Islas Åland, un lugar bastante insólito en Escandinavia que tuvimos ocasión de recorrer este verano en diferentes medios de transporte (a pie, en bicicleta, en coche y en kayak). Es sin duda un destino poco explotado turísticamente y muy tranquilo.


En bicicleta 
Posiblemente la bicicleta sea la mejor manera de descubrir  este peculiar archipiélago formado por más de 6.700 islas. Las islas son prácticamente llanas así que no hay grandes desniveles, además hay poco tráfico, y la mayoría están unidas por puentes o ferrys gratuitos que te permiten ir saltando de islita en islita. Y cuando te apetezca parar a descansar, a disfrutar el paisaje, a tomar un baño o a degustar sus postres típicos en alguna cafetería ocasional. Eso sí, no hay muchos establecimientos así que es buena idea llevarse provisiones.

Las bicicletas se pueden alquilar en la capital, en Mariehamn, por 12 o 14 euros la hora, o unos 35 la semana. La capital es la única ciudad pero apenas merecería ese nombre, puesto que es un pequeño y tranquilo pueblo de pocas casas y menos atractivos, que es muy representativa del ámbito apacible y tranquilo del resto del archipiélago.

Para alojarse, la oferta no es muy amplia puesto que ya he comentado que no está muy explotado para el turismo. De hecho, yo no he visto ni un solo hotel. Las opciones es alquilar cabañas, ir a un bed and breakfast o a un camping, pero siempre reservando con antelación. En nuestro camping estuvimos en un maravilloso camping en Vardo, el Sandösunds Camping, que fue mil veces mejor que un hotel.



A pie
Se pueden hacer diversos trekking para recorrer a pie las diversas islas del archipiélago. Ahora bien, hay que tener en cuenta que será una caminata tranquila y sin mucho esfuerzo, ya que como hemos comentado no hay apenas desnivel. Una ruta interesante que empieza cerca de Bormarsund puede llevar a uno de los puntos más altos de la zona, pero se trata de una pequeña colina. Esta ruta tiene el atractivo además de poder visitar diferentes cementerios antiguos: el cementerio ortodoxo, el judío y el musulmán.




En coche
Para distancias más largas lo más inteligente es recurrir al coche. En este sentido, se pueden realizar dos visitas interesantes.

El museo al aire libre de Jan Karlsgården: recrea la vida de las islas en el siglo XIX. Podemos conocer las casas más humildes con un espacio para las mujeres para hilar y uno para los hombres más en formato taller, las saunas antiguas, una herrería, así como una casa de verano e invierno de una familia más adinerada de la zona. Llama la atención que las dos casas están apenas separadas 100 metros o lo pequeñas que son las camas, pero luego lo entiendes cuando descubres que dormían incorporados (y no tumbados) por miedo a que la sangre se les fuera a la cabeza. El pueblo está al lado del castillo de Kastelholm, una construcción medieval del siglo XIV que era residencia de los reyes suecos y también fue prisión de algún que otro rey.
Y es que aunque la misma Finlandia fue parte de Suecia durante muchos años, no hay otro territorio en el país que haya mantenido los vínculos con su antiguo país como las Islas Åland. De hecho, tienen unas condiciones políticas, económicas y militares diferentes al resto de provincias de Finlandia.
Por ejemplo, el único idioma oficial en las islas es el sueco que habla el 93% de la población. El Estado finlandés ha respetado esta situación sin ningún drama, como pasa en otras latitudes, e incluso tiene la obligación de cuando envía un documento oficial a algún ciudadano de las islas hacerlo en sueco. Las Åland tienen además su propio sistema tributario (muy libre de impuestos), su parlamento, su propia bandera y un sello propio. Tiene, por lo tanto, un alto grado de autonomía. Todo se remonta a la independencia de Finlandia de Rusia (ya la URSS) en 1921, cuando las Åland dijeron que querían pertenecer a Suecia y no al nuevo país naciente. Al final, la Sociedad de Naciones decidió que el archipiélago formara parte de Finlandia pero manteniendo un estatuto especial de autogobierno. Como en Cataluña, tienen delegadas las competencias en áreas tan importantes como salud o educación.

También en coche se puede visitar la que posiblemente es la zona con más tráfico y turismo del archipiélago, las ruinas de la fortaleza de Bomarsund. Se trataba de una gran estructura defensiva que ingleses y franceses destruyeron prácticamente en una guerra en 1854. Y pese al ataque de franceses e ingleses, en realidad, a quién más manía se les tiene por estas tierras es a los rusos. Los años de pertenencia al Imperio Ruso no se recuerdan con especial cariño. El  dueño del camping nos explicó, mientras degustaba con deleite un fabuloso plato de pasta al que le habíamos invitado a cenar, todos los agravios y miedos contra la expansión rusa. Sin embargo, no sabemos qué pasaría en el caso de que Rusia invadiera las Åland puesto que las islas son zona desmilitarizada desde el final de la Guerra de Crimea en 1856. Así, las islas no participarían en una guerra en la que se viera inmerso su propio país, Finlandia. Pero ¿qué pasaría si fuera Åland quién necesitara apoyo militar?
En kayak
Una buena idea para conocer la costa es recorrerla en kayak. El mar no es apenas salado y poco profundo.  En el camino marítimo apenas te encuentras alguna casa con su propio embarcadero. En general en las islas no hay muchas casas ni gente. Y es que no es fácil ser ciudadano de las Åland. Para ello, hay que tener como mínimo el padre o la madre nacidos en el archipiélago, o haber vivido en las islas durante bastantes años.

Después del kayak, lo más apetecible fue tomar una sauna de una hora. En el camping tenía una sauna flotante sobre el Báltico, sobre una plataforma de madera, con un cambiador muy vintage delante. Para ir refrescándote de vez en cuando de la sauna, lo mejor era salir y sumergirse en las aguas del Báltico, sorprendentemente poco frías.

Y para recuperar fuerzas después de tanto ejercicio, en el camping nos deleitaron con el postre típico local: las tortitas de Aland. Una especie de pudding cuyo ingrediente secreto es el cardamomo, acompañado de compota de frambuesa o arándanos y crema batida.

Si quieres saber sobre las saunas puedes leer otra entrada de mi blog aquí




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