Yucatán, amalgama de paisajes, sabores, experiencias. El viaje nos lleva
desde la turística Tulum, a la soledad de la selva de Cobá, la alegría de
Valladolid, la actividad cultural de Mérida y la apacible y preciosa Campeche
Yacimientos arqueológicos mayas, ciudades coloniales españolas, mansiones
afrancesadas, selva, cenotes, playas paradisiacas. Pirámides, catedrales,
monasterios, casas señoriales, museos. Trayectos en autocar, en autobús que
nunca sabes cuándo pasa y esperas horas bajo el sol, viajes en colectivo que
salen cuando se llenan, taxis, bicicletas. Madrugones, siestas, gafas perdidas,
gafas encontradas. Calor, mosquitos, perros callejeros, iguanas, caimanes.
Amabilidad mexicana. Tacos, muchos tacos. Cochinita Pibil, papadzules, poc
chul, frijoles, antojitos, tamales, marquesitas, huevos motuleños. Horchata.
Jamaica. Aguas frescas. Limonada. No hay cerveza. Sol, lluvia. Malecones,
supermercados, estaciones de autobús, mercados, paseos. Música, bailes
regionales, lucha libre, mappings, espectáculo de fuentes de colores.
¿Por qué Yucatán?
Cuando los dos miembros de la pareja han viajado tanto en sus vidas
pasadas, es difícil encontrar lugares que sean nuevos y estimulantes para los
dos. Como Guatemala fue un destino que le encantó, pensamos en Chiapas y Yucatán
como propuesta. Ese era el plan inicial. A última hora, compañeras mexicanas
nos desaconsejaron viajar a Chiapas justo en este momento porque la situación estaba
complicada. Así que tuvimos que adaptar los planes y enfocar todo el viaje en
Yucatán, lo que nos ha permitido también poder dedicar más tiempo a cada lugar,
no tener que ir corriendo de un lado a otro e incluso poder descansar.
Logística
Viajamos a Yucatán saliendo y regresando por Cancún porque evidentemente es
a donde hay más oferta de vuelo. Lo hicimos con Iberojet, totalmente desaconsejable.
No se puede hacer checking on line, aunque nosotros no facturábamos maleta, el
avión a la ida salió con más de 3 horas de retraso, los aviones muy pequeños,
sin pantallas de televisión con programación, sólo una comida durante las casi
10 horas de vuelo. La ida la hicimos vía Madrid y la vuelta directa a
Barcelona.
En Yucatán nos hemos movido principalmente de una ciudad a otra en autocar,
con la compañía ADO que es una maravilla. Puedes comprar los billetes con antelación,
reservar asiento, cambiarlos cuando quieras, a través de la web. Y tienen un
buen servicio de atención al cliente porque me resolvieron diversas cuestiones.
Son autobuses cómodos, con televisión, reclinables, con aire acondicionado
(demasiado alto, eso sí, hay que llevar chaqueta y pantalón largo). Y después
en cada destino el transporte era autobús de línea, colectivo (furgonetas de línea)
o taxi. Así sí que he sufrido un poco con la incertidumbre de los horarios, sin
saber cuándo iban a pasar los transportes y si iban a pasar, pero al final todo
se ha resuelto siempre bien. Cosas de sufridora nata!
Los alojamientos que hemos elegido eran sencillos y ciertamente bastante
correctos y económicos.
Eso sí, nos ha sorprendido los precios de la comida, tanto en restaurantes
como en supermercados, porque no difieren mucho de los precios de aquí, e
incluso más caros. Al final del viaje hemos comido y bebido en la calle, para minimizar
riesgos, sobre todo si tienes un estómago e intestino delicado como el mío. No
hemos tenido ningún problema con el picante porque la comida yucateca no es
especialmente picante y siempre te avisan de la intensidad del picante. El
hecho de que la comida se base en tortitas de arroz me ha ayudado a sobrevivir
porque no había ni rastro de comida sin gluten ni en los supermercados. Y en ocasiones
he sobrevivido con tortitas de arroz.
Me ha parecido una zona limpia, cuidada, segura, y eso que no hemos estado
en zonas de complejos turísticos.
Un tema que sí que me ha resultado molesto son las propinas. En cada cuenta
te preguntan directamente si desea dejar propina, creando una incomodad en
aquellos que somos contrarios a las propinas.
Cultura e historia
Viajar es una oportunidad de acercarte a la historia y la cultura de un
lugar. Ha sido fascinante ir conociendo la convulsa vida de este país que llegó
a extenderse de Oregón a Panamá y hoy tiene 120 millones de habitantes. Con
literatura, podcast, guías, artículos, vídeos, películas, visitas hemos vivido
el meteorito, los mayas, los aztecas, los toltecas, la conquista española, la
independencia, el grito de Dolores, la lucha de los indigenas en la guerra de
las Castas, la dictadura de Porfirio Díaz, la Revolución Mexicana, los 80 años
del PRI, Benito Juarez, Zapata, Pancho Villa, el feminismo.
Y además de México, poder poner el zoom en la zona de Yucatán ha sido toda una
sorpresa porque tiene una historia peculiar bien interesante.
Hace más de 65 millones de años un meteorito impacto sobre el Golfo de
México haciendo emerger del mar la península de Yucatán, uno de los territorios
más jóvenes de la Tierra. Eso explica que esté agujereada por debajo, llena de
cuevas y más de 8.000 cenotes de agua dulce que se comunican. La civilización
maya estuvo presente durante más de 2.000 años y luego simplemente despareció,
sus conocimientos de arquitectura, astronomía, matemática nos han dejado zonas
arqueológicas maravillosas pero de las que no hay documentación escrita. Con la
conquista española, la provincia de Yucatán que llegó a incluir Belice,
Guatemala, Honduras, El Salvador era independiente de México. Tenía más relación
con Cuba y España que con México. Puede que la palabra "Yucatán"
venga de la expresión "Yuk ak katan" (no entiendo tu lengua" de
los nativos a los españoles. Por su situación estratégica fue una zona
próspera, también atacada por piratas, pero la riqueza estaba en manos de unos
pocos. Se independiza de España. Había 7 clases sociales (o castas): los ricos,
la clase media, los campesinos no adeudados, los sirvientes domésticos, los
mayas sometidos y los mayas rebeldes. Un
sistema de servidumbre y esclavitud basado en endeudamiento que no se podía
pagar. Finalmente, en 1847 los mayas se rebelan iniciando la Guerra de Castas
que dura más de 50 años. Yucatán resiste pero finalmente ha de pedir ayuda al
vecino país de México, a cambio de incorporarse al país y perder su
independencia. Sin duda, esta historia le otorga una identidad propia a la
península.
Para mí, viajar también es una ocasión ideal para aproximarme a su literatura.
Así que las semanas previas al viaje hice una búsqueda de las obras más
relevantes de la literatura mexicana del siglo XX y XXI y durante el viaje he
podido ir leyendo novelas que además me ayudaban a entender y contextualizar la historia que íbamos
conociendo. Esto será motivo de un post concreto.